Ultimamente estuve meditando sobre varias cosas. La verdad es que fui capaz de mirar desde un punto objetivo hacia mi persona, en lugar de creer que hago las cosas bien siempre. En lugar de creer que lo que pienso esta siempre bien. Hay actitudes que estoy teniendo hacia ciertas cosas que se me pegaron de ciertas personas. No digo que eso sea algo malo, sino que es algo que es distinto a la que soy de verdad. Son cosas que yo nunca haría, y evidentemente las hago inconscientemente, porque no me di cuenta de que las hacía hasta que pude abrir los ojos y ponerme un poco en el lugar de otro. Ya estoy harta de las falsedades, de sufrir por un amor que no se si existe en mi. Por ilusionarme con sentir algo que no se si sentí. Necesito decir las cosas de frente, decir la verdad cueste lo que cueste. Hay personas que ya no me banco, hay actitudes que ya me molestan, hay personas que quiero ver, esas personas con las que puedo pasar horas sin darme cuenta. Hay personas que no quiero ver más. Personas que me hacen mal, personas que no ven más allá de sus narices. No quiero ser como una de ellas. Quiero poder construir mi propio camino, quiero estar abierta a otras posibilidades, quiero arriesgar y no quedarme en el molde. Porque ya sé quien soy, y nadie me puede sacar eso. Porque creo que a la hora de refexionar, a la hora de dejarse de joder, hay que volver a los orígenes, encontrar la persona que somos de verdad, y no a la persona que otras personas hicieron de nosotros. No a la persona que "se convirtió en uno de ellos". Porque por más que pretendamos ser parte de un grupo o ser de cierta forma, siempre, en el fondo, somos los mismos de siempre. Podemos cambiar para bien, podemos dejar de ser hichapelotas, egoístas, rebuscadas, mentirosas, podemos dejar de mirar para atrás, pero no podemos ser alguien que no somos.
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